miércoles, 18 de agosto de 2010

Desengaño.


Me citaste en el claro de luna,
confusa, emocionada esperé tu llegada.
Lentas, mustias pasaron la horas
de tu presencia ¡nada!

Mi pecho; un tormento
cómo tropel encabritado
tuve un mal presentimiento.

Lloré angustiada,
por este pensamiento.
Comprendí de golpe: ¡no vendrías!
inútil sería la espera,
no acudirías al encuentro.

Huir con el rostro burlado,
sintiendo en el alma
que de mí, te has mofado
dime¿ por qué me has humillado?

Si del amor te ríes,
no esperes ser amado
que la vida te devuelve
lo mal que has obrado.

No te guardo ningún rencor
sigue tu paso,
la pena y el dolor
no duran cien años.

Suyay 2010 copyright Chile.

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