No digas nada,
tu ausencia y el dolor
de la partida,
lo dijo todo.
Caminaste erguido y altivo
por el sendero aquel
por donde un día pasamos,
fueron tras de ti
las luciérnagas luminosas
y al ver que estabas sólo,
se devolvieron presurosas.
Suyai ( E.M.)
D/R
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