Mi alma te busca, te sonríe...
te espera en cada anochecer,
te regala sus anhelos esos
que algún día podrás conocer.
No me pidas que te olvide,
que deje de soñar en que vendrás
una tarde,
con los ojos llenitos de amor,
y los brazos extendidos, para recibir
mi corazón.
Deja que tenga la llama encendida,
que brille en la cima de aquella colina,
besando tu sombra,
esperando emocionada tu llegada
para decirme...
has tejido en mi ser tu amor ese que nunca
olvidé.
Suyai
( Edith Moncada)
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