Te pertenezco, desde el día que tus ojos me encontraron,
y en ellos me vi,
clavaste en mi alma tu mirada...
y desde aquel día
sólo vivo,
para ti.
Te llevaré conmigo a donde yo quiera ir
serás mi sombra , mi guía
la razón de mi existir.
Me miraste y clavaste tu mirada en mi.
Te amaré mientras tenga vida,
y quizás muerta pueda amarte más.
T e llevaré en mi ser como una luz encendida,
que jamás se extinguirá,
porque no habrá nadie en este mundo
que pueda apagarla jamás.
Tu nombre está escrito en mi alma,
lo supe aquella tarde que me hablaste de tu amor,
porque no dudé un instante en confesarte
que ya te amaba ya.
Si tú me dejas en silencio....muero.
Si tu me hablas todo es felicidad,
si tú, me amas yo te amo mucho más.
Suyai
( Edith Moncada M. )
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