Me han vestido de escarcha
desnuda llevo el alma
inundada de agonía
que no me abandona.
Silentes las horas pasan
y así muero cada día.
Estoy desahuciada,
el tormento no termina
te llevo arraigado como una espina.
Segundo a segundo se va mi vida
en este ritual,
amándote siempre a la deriva.
¿ Cómo he de olvidar si mi sangre
no olvida?
Acude cada día presurosa
a verter su gota a gota
por este amor herido
que no cicatriza.
Suyai copyright Chile 2011
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