jueves, 30 de septiembre de 2010

Soledad fecunda.


He callado, cuando tuve conciencia
del dolor causado.
¡Oh! mísero amor repudiado.
¿Por qué te asiste a un leño quemado?

Cuerpo pequeño , desválido, maltratado,
de ti no tuvieron piedad,
ojos miserables que acunaron
tu fealdad.
Mofándose del sentimiento
enraizado en tus vértebras
sin dejarte avanzar.

Puños traicioneros,
se levantaron con indolencia.
¿ Acaso no tuvieron dignidad?

¡Qué silencio abunda en los campos
fecundos de la soledad,
de este pobre cuerpo
que nunca tuvo compañía!

Suyay 2010 copyright Chile

No hay comentarios:

Publicar un comentario