viernes, 30 de abril de 2010

Atribulado.


Un dejo de tristeza,
en sus labios temblorosos percibí,
en la oscura tarde,
sus ojos se apagaron
le vi... morir.

Sus labios silenciaron
la suave lluvia,
su voz quejumbrosa
despidióse...
y lentamente arrastrando su cuerpo
por aquel gélido pasillo
le vi salir.

¡ Qué extraña sensación...
siendo tan joven
parecía un señor senil.¡

Suyai 2010
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