viernes, 23 de abril de 2010

Sonriendo te digo adiós.


Escúchame, me has herido lentamente
con esa cruel sutileza de tu dulce voz,
desgarrándome apresuradamente
quitándome la vida en un instante
sin piedad, sin control.

La dulzura de tu voz
se hará perenne
en este instante eterno
que me dices adiós.

Te recordaré siempre alegre
sin dejo de rencor,
mi recuerdo será bello
sin lágrimas ni dolor.

Si ya no hay grandeza en tu corazón
para brindarme sutilezas,
te abrazo con tristeza,
pero te digo adiós.

En mi vida muero hoy
candente es mi agonía
se convertirá en horrendo dolor,
pero sonriendo te digo: adiós.


Suyai 2010 Todos los derechos reservados. Copyright.

No hay comentarios:

Publicar un comentario