
Heme aquí yerta
lista, dispuesta.
Sublime etérea
en la dulce espera.
Tus pasos siento venir,
y me impregno de tu aroma
que eriza sin pudor, mi piel.
Mis labios se abren
saboreando el dulce beso
que he de recibir.
En susurro anhelante
escucho tu aliento
cuál macho bravío
oliendo mi vientre.
Tu cercanía palpitante
congela la soledad de ayer,
en este instante dejo de ser niña
me convierto en mujer.
Suyai 2010 copyright Chile
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