domingo, 4 de octubre de 2009

Una flor ya murió.


Cómo el candor de una rosa,

sonreiré a tu perfumada voz,

que sutilmente me llama ,

y me enciende de luz el corazón.


Mis pétalos giran a mirar la luz,

esa que enceguece con su color,

trepo por la tapia presurosa,

escondiendo mis espinas,

no quisiera causarte ningún dolor.


La suave brisa acarició mi corazón,

una sonrisa tenue de mis labios escapó,

y con un suspiro enamorado;

te abrazo llena de amor.


Cómo el candor de una rosa,

sutilmente me acerco yo,

para entregarte con un beso

la fragancia de esta rosa,

que el viento deshojó.


Mis pétalos se han desprendido

la flor ya murió,

pero en su aroma,

ha dejado cautivo tu corazón.


Suyai

Edith Moncada

D/R

Chile,













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